Calaveritas de Ciencia 2021: Ganadores

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Calaveritas de Ciencia 2021: Ganadores

Cuaderno de raya

Calaveritas de Ciencia 2021: Ganadores

 

Luego de leer las más de 100 calaveritas de ciencia que llegaron del 1 al 29 de octubre de 2021, el jurado, conformado por Alejandra Atala, Agustín B. Ávila Casanueva y Rocío Mejía Ornelas, definió los siguientes lugares:

 

Primer lugar: Cecilia Espinosa Mora

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Lynn Margulis (1938-2011). 
 

Muerte simbiótica

La Muerte se preguntaba:
“¿Por qué estudiar la vida
si es del tiempo una esclava
y la tumba es más divertida?”

Para responder tal duda
quiso buscar una bióloga,
y tras recibir su ayuda
a su forma hacerla homóloga.

Buscó a Margulis Lynn,
que con un buen microscopio
consiguió saber al fin
cuánto de célula es propio.

“¿Para qué quieres saber
de organismos y bacterias,
si todo ha de perecer
para huir de sus miserias?”

A lo que respondió Lynn
con lo que su ciencia abarca:
“La endosimbiosis que vi
nos enseña, buena Parca,

que bacterias procariotas,
todas de núcleo carentes,
se juntan cual compatriotas
en eucariotas valientes.

Así pues, la evolución
no premia a quien es más fuerte,
sino al que listo forjó
alianzas contra su muerte.

Muerte, di con sinceridad:
¿acaso no estás contenta
con toda la biodiversidad
que de sobra te alimenta?

Y tú prolongas la vida
controlando la población.
Parece que se te olvida:
Vida y tú, simbiontes son.

Como flor de cempasúchil
la vida puede ser breve,
mas vivirla es muy útil
si un nuevo saber promueve”.

 

Segundo lugar: Ana Guadalupe Zaraul Granja

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Alexander Fleming (1881-1955)
 

¡Entre cocos y huesos!

En Londres paseaba la Muerte
Buscando a quién molestar,
No habían logrado enfadarla
Para podérselos llevar.

Quería pasar desapercibida
Y un traje de medico tomó,
por los pasillos de un hospital
muy tranquila se paseó.

Por un pequeño laboratorio
Su cara flaca asomó,
Y al ver un gran desastre
Las cajas petrí apiló.

De inmediato llegó Fleming
Y a la muerte reclamó,
Sin importarle quien fuera
Su tono de voz alzó.

–¡Mire lo que hizo señora,
Mis cultivos ha contaminado!
Yo que con tanto esmero
Estos cocos había cultivado.

–A mí no me eches la culpa,
Estos son tus errores
Por ser tan descuidado.
La caja tiene malos colores.

–¡Pero qué es lo que está diciendo!
Si yo estaba de vacaciones,
Ni modo que de la nada
Ocurran alteraciones.

–Yo solamente pasaba
Pa´ ver a quién me voy a llevar.
Me parece que un candidato
Hoy me acabo de encontrar.

–Perdóneme, señora Muerte,
Con su traje no me di cuenta,
Deme chance de trabajar
Sobre el hongo quiero respuestas.

–Qué respuestas vas a tener,
Ese experimento ha fallado
En el camposanto vas a ver
Colegas tuyos que me llevado.

–¡Pero mire este cultivo!
Este hongo parece brillar,
Y a su paso va matando
A las bacterias sin parar.

–No le des tanta importancia,
Mejor arregla este lugar,
Todo está desordenado,
Así nunca vas a triunfar.

–Espéreme otro ratito,
Este líquido quiero estudiar.
Además preparé más muestras
Que me falta analizar.

–Sólo porque me gusta la ciencia
Una oportunidad te voy a dar,
Pero a la próxima que me veas
Tus súplicas no voy a escuchar.

 

Tercer lugar: Isaí Ramírez Flores

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Muerte por inercia

Una mañana brillante
Por el Cerro de la Estrella
Lugar tenía una querella
De una cuestión importante.

Por una cuestión extraña
La Muerte estaba intrigada
Que ni con toda su maña
A entenderla le alcanzaba.

La duda la atormentaba
Y el por qué no resolvía
Por qué un cuerpo se movía
O se quedaba en reposo.

Cavilando la encontró
Isaac de apellido Newton
Y su duda le planteó.

El físico se espantó
Al ver de cerca a la huesuda
Y con su mente brillante
Una respuesta al instante
Despavorido buscó,
Pues La Parca recelosa
Este trato le ofreció:

Hoy mismo haz de dar respuesta
A mi duda aquí planteada
Y en la noche estaré presta
Para escucharla encantada.

El Físico y alquimista
Le daba vueltas al caso
Y quiso el destino craso
Que allí fijara su vista.

De su mucama las piernas
Fueron para él la linterna
Con que la respuesta vio.

El gato bajo su lecho
Usándolo de antepecho
Con una borla jugaba,
Con la garra la empujaba
Propinándole un impulso
Que acelerábale el pulso
Y esparcimiento le daba.

Mas su ánimo arredraba
Cada que la pelotita
Perdía la fuerza impelida
Y reposaba dormida.

El científico intrigado
Razonó que lo observado
Alguna causa tendría
Y que no era brujería.

Caviló en su mente clara
El por qué un cuerpo pasa
Del estado de reposo
A moverse presuroso
Si alguna fuerza la impele.

Entonces se iluminó
Y entendió que aquella ciencia
Era algo llamado Inercia
Y de ella una ley postuló:

En reposo o movimiento
Un cuerpo se quedará
Siempre y cuando no intervenga
Fuerza externa que lo cambie.

Jubiloso celebraba
Cuando la Muerte llegó,
La respuesta le externó
Mas no quedó satisfecha
Y al panteón se lo llevó.

En su lápida esculpieron
Que su muerte fue muy sana:
Lo ha golpeado una manzana
Y alcanzó notoriedad
Pues murió de gravedad.

 

Menciones honoríficas

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María del Carmen Ceballos Zavaleta 

La catrina y la inmunología

¡Está en primera plana! ¿Leyeron la noticia?
es lo que sucede desde el más allá,
muy desesperada se vio la catrina
hasta que una solución pudo hallar.

Todo comenzó con una rara gripe
que para la humanidad era muy contagiosa,
a la huesuda esto le parecía muy simple
y prefería no estar de chismosa.

Pero la fiebre se salió de control
y muchos pagaron por ello,
a la catrina no le pareció el nuevo rol,
así que se puso a investigar sobre ello.

Encontró una bella disciplina
que ya tiene antecedentes de estudio,
no se espanten, es genuina,
pero a ella le causo un gran disturbio.

Hablamos de la bella inmunología
que tanto nos ha sacado de apuros;
la huesuda pudo estudiar con alegría
anticuerpos, antígenos y hasta conjuros.

Después de tanto que estudió la calaca
una buena vacuna logró desarrollar,
pero apenas empezaba la flaca
pues en cuatro fases la tenía que aprobar.

La primera fase fue la más corta,
100 almas adultas vinieron a ayudar,
la catrina les administró gota a gota
la dosis correcta para evaluar.

Después hubo un grupo más grande
para monitorear su seguridad,
admitamos que su vacuna arde
pero obtienes inmunogenicidad.

La fase III es larga y compleja,
a la huesuda casi la mata el estrés,
pasó la prueba sin quejas
pero le tomó más de un mes.

Y así llegó a fase IV,
su vacuna fue aproada,
y ya está en el mercado
disponible para ser aplicada.

Ahora a decir: ¡Eureka!
¡La ciencia triunfó!,
gritó la calaca
cuando terminó.

Y esa fue la noticia
desde el más allá
donde la catrina
investigando está.

 

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Helia Bravo Hollis (1901 – 2001)
 

Erick Ramón Domínguez Barrera 

Helia: bióloga hasta los huesos

Elegante y coqueta, la huesuda por Mixcoac paseaba,
del bello bosque y del río disfrutaba,
cuando una niña muy singular a su lado pasó,
se llamaba Helia y su futuro ella nunca imaginó.
Su conocimiento a la flaca le fascinó,
pues hasta Porfirio Díaz la reconoció,
de ahí en adelante la parca sus pasos siguió.
En San Idelfonso, Bravo encontró un mentor que la inspiraba
y de las ciencias ella quedó enamorada.
Helia supo que tenía un largo camino que recorrer,
pues al entrar a biología, muchos obstáculos tendría que vencer.
Sobre protozoarios ella empezó a investigar,
horas y horas al microscopio no dejaba de admirar,
pronto logró encontrar su verdadera pasión:
¡los espinosos cactus atraparon su corazón!
Más tarde, en la primera bióloga mexicana se convirtió,
gracias a que ella nunca se rindió.
Por su profesionalismo importantes tareas le encomendaron,
como apoyar en el Jardín Botánico de la UNAM que después fundaron.
De licenciada a maestra, después a doctora,
¡ella fue una reluciente investigadora!,
la huesuda de la impresión se desmayó cuando la princesa de Mónaco, a Bravo, el Cactus de Oro le otorgó.
A los 90 años, de la UNAM se despidió,
toda una trayectoria que allí floreció,
cerca de 170 artículos como tesoro nos dejó,
entre taxonomía y clasificaciones,
la Dra. Bravo en el mundo se inmortalizó.

Vórtice-Icon

Vórtice, enero-mayo 2021 es una publicación trimestral digital editada por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), a través de la Dirección de Publicaciones y Divulgación, Edificio 59 (Facultad de Artes), Campus Norte. Av. Universidad 1001, Col. Chamilpa, CP 62209, Cuernavaca, Morelos, México. Teléfono +52 777 329 7000, ext. 3815. Correo: revistavortice@uaem.mx. Editora responsable: Jade Gutiérrez Hardt. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2014-070112203700-203, ISSN 2395-8871, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor.


Responsable de la última actualización de este número: Roberto Abad, Av. Universidad 1001, Col. Chamilpa, CP 62209.


Vórtice está incluida en el Índice de Revistas Mexicanas de Divulgación Científica y Tecnológica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Publica artículos de divulgación relacionados con las ciencias y las humanidades, y textos breves que transmitan el gusto por el conocimiento científico. El contenido de los artículos es responsabilidad de cada autor. Esta revista proporciona acceso abierto inmediato a su contenido, con base en el principio de ofrecer al público un acceso libre a las investigaciones para contribuir a un mayor intercambio global de conocimientos. Se distribuye bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.

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