El perfume: los olores del Balsas

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El perfume: los olores del Balsas

La Tierra

El perfume: los olores del Balsas

En la película El perfume: la historia de un asesino, el protagonista Jean-Baptiste Grenouille posee un sentido del olfato extremadamente agudo. Esta peculiaridad le permite discernir y recordar olores de manera excepcionalmente precisa. En la búsqueda del perfume perfecto y en un intento de capturar la esencia de la belleza femenina, el protagonista explora y experimenta con una variedad de fragancias. Apreciar y reconocer distintos olores es una habilidad que muchos seres vivos poseemos, aunque algunos pueden tener un sentido del olfato más agudo que otros.

 

En la naturaleza, tener un sentido del olfato excepcional es vital para la supervivencia de los animales. Por ejemplo, los elefantes pueden detectar fuentes de agua a varios kilómetros de distancia, mientras que los leones son capaces de identificar las marcas olfativas de distintos territorios. En algunas aves, como los tucanes y guacamayas, el olfato les ayuda a encontrar su alimento. Los reptiles, como las serpientes, dependen en gran medida de su sentido del olfato para cazar. El sentido del olfato parece ser una herramienta de gran utilidad en la naturaleza. Los peces cuentan con un agudo sentido del olfato, aunque seguramente surgirá la duda de, ¿dónde está su nariz?

 

A diferencia de los mamíferos, los peces carecen de una estructura nasal distinguible, sin embargo, tienen dos pares de orificios nasales situados en la parte superior de la boca. Su sistema olfativo se activa gracias al constante flujo de agua generado por sus movimientos al nadar, lo que les permite captar las moléculas de olor presentes en el entorno acuático. Algunos peces se comunican a través de señales químicas las cuales son percibidas por el sentido del olfato [1] como los cíclidos que son un grupo de peces que ha sido ampliamente estudiado y muchas de las investigaciones se han concentrado en explorar el uso de las señales químicas como una fuente de percepción y comunicación.

 

Un aroma para cada situación

 

Los peces cíclidos utilizan y reconocen diferentes señales químicas producidas por organismos de su propia especie. Las señales químicas que emiten los cíclidos pueden ser utilizadas para diferentes funciones en la comunicación. Por ejemplo, el cíclido Moga reconoce las señales químicas de lesión emitidas por organismos de su propia especie cuando han sido atacados por un depredador [2]. Otro ejemplo son las hembras del cíclido pez Ángel que reconocen las señales que emiten los machos; el olor de la presencia de los machos provoca un aumento en la tasa de desoves por parte de las hembras. En los cíclidos, el reconocimiento químico es esencial para la supervivencia, especialmente en las primeras etapas de vida.

 

Los cíclidos juveniles dependen de la protección de sus padres, particularmente ante algún posible evento de depredación. En algunos casos, los juveniles se separan de sus padres por diferentes motivos, como un cambio en las corrientes de agua o por la presencia de algún posible depredador. En estos casos, los juveniles recurren a sus diferentes sentidos para poder reconocer y volver con sus parentales. Generalmente, los cíclidos juveniles utilizan las señales químicas para esta función. Por ejemplo, los juveniles del cíclido convicto pueden identificar a sus padres a través de señales químicas. En el cíclido Rey Midas, los juveniles reconocen a sus padres gracias a una sustancia mucosa que estos secretan, la cual también sirve como fuente de alimento para los juveniles [3].

 

En la tilapia, un cíclido importante debido a que es comúnmente utilizado por el ser humano como fuente de alimento, el reconocimiento de las crías a los padres se realiza a través de la orina. Otros peces cíclidos como el cíclido de San Pedro de Galilea, que también guarda sus huevos y crías en la boca hasta que están listos para nadar por su cuenta deberían estar muy atentos para identificarlos como sus hijos [4]. Este método de crianza requiere mucha dedicación ya que los peces parentales no pueden alimentarse adecuadamente mientras tiene la boca llena de crías, ¡sería fatal confundirlas con alimento! De ahí la obvia necesidad de reconocer a sus hijos.

 

Actualmente, aunque sabemos que existen olores de reconocimiento, en muchos cíclidos se desconoce cuál es la esencia química por la que los juveniles reconocen a sus parentales.

Crianza en la boca (fotografía Museo de Historia Natural, Londres).
Crianza en la boca (fotografía Museo de Historia Natural, Londres).

La esencia del Balsas

 

En los juveniles de la Mojarra criolla, un cíclido nativo que se distribuye en la cuenca del Balsas en el centro de México, se han realizado diferentes estudios relacionados con el reconocimiento de los juveniles a los padres. Hasta el momento, los resultados de estas investigaciones muestran que los juveniles de esta especie nativa no recurren a las señales químicas para reconocer a sus parentales cuando se han separado de ellos. Es posible que utilicen otras vías sensoriales como la visión o los sonidos para mantenerse unidos y bajo la protección de los padres.

Parentales y juveniles de la mojarra criolla (fotografía Isaí Domínguez).
Parentales y juveniles de la mojarra criolla (fotografía Isaí Domínguez).

En el final de El Perfume, Jean-Baptiste Grenouille a pesar de haber creado el perfume perfecto y poseer el poder absoluto sobre los sentidos, no encuentra el propósito que buscaba y su destino es fatal. Así como Grenouille, los juveniles de la mojarra criolla plantean su propio misterio. Mientras otros cíclidos juveniles han encontrado la esencia para reconocer a sus padres, esta especie nativa parece haber elegido un camino diferente. Entonces, ¿cuál es la esencia del Balsas?

 

Referencias

[1] Keller-Costa, T., Canário, A. V., & Hubbard, P. C. (2015). Chemical communication in cichlids: a mini-review. General and comparative endocrinology, 221, 64-74. https://doi.org/10.1016/j.ygcen.2015.01.001

[2] Abate, M. E., Eng, A. G., & Kaufman, L. (2010). Alarm cue induces an antipredator morphological defense in juvenile Nicaragua cichlids Hypsophrys nicaraguensis. Current Zoology, 56(1), 36-42. https://doi.org/10.1093/czoolo/56.1.36

[3] Barnett, C. (1981). The role of urine in parent‐offspring communication in a cichlid fish. Zeitschrift für Tierpsychologie, 55(2), 173-182. https://doi.org/10.1111/j.1439-0310.1981.tb01267.x

[4] Balshine-Earn, S., & Earn, D. J. (1998). On the evolutionary pathway of parental care in mouth–brooding cichlid fishes. Proceedings of the Royal Society of London. Series B: Biological Sciences, 265(1411), 2217-2222. https://doi.org/10.1098/rspb.1998.0562

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