Marcela contra los Algoritmos

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Marcela contra los Algoritmos

cuaderno de raya

Marcela contra los Algoritmos

Cuaderno de raya es una sección en la que participan estudiantes y personas interesadas en los fenómenos científicos, con textos que pueden ser de creación literaria (cuento, poesía, ensayo, varia invención), reseñas sobre películas y libros o textos breves en los que se exponga un punto de vista propio como parte de un ejercicio de reflexión en torno a algún tema científico. Si quieres saber más, conoce nuestra convocatoria.

 

Desde niña, Marcela había sido profundamente curiosa, de esas personas que siempre buscan respuestas a las preguntas más complicadas. Vivía en un pequeño pueblo rodeado de frondosos árboles y caminos empedrados. Pasaba largas horas leyendo, explorando y debatiendo con amigos sobre temas que iban desde la filosofía hasta los misterios del cosmos.

 

Sin embargo, en los últimos meses, había notado un cambio inquietante en su vida. A pesar de su deseo de mantenerse enfocada y curiosa, sentía que su mente saltaba de un pensamiento a otro, incapaz de concentrarse en un solo tema por mucho tiempo. Ya no podía disfrutar de sus libros favoritos ni perderse en conversaciones profundas. Algo la distraía constantemente, pero no sabía exactamente qué.

 

Un día, mientras paseaba por el bosque para intentar aclarar sus ideas, se topó con una tienda que nunca había visto antes. Estaba situada en un rincón apartado, casi escondida entre los árboles. En la entrada, un cartel polvoriento y desgastado por el tiempo decía: “El Guardián de la Atención”. Marcela, sintiendo una extraña mezcla de intriga y desconcierto, decidió entrar.

 

En el interior de la tienda había estantes llenos de relojes, cuadernos antiguos y libros con portadas escritas en un lenguaje desconocido. Al fondo, un anciano de barba gris y ojos brillantes la observaba en silencio. Sin que Marcela dijera una palabra, el anciano habló.

 

—Parece que has perdido algo muy importante —dijo con voz profunda, pero amable.

 

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Marcela, sorprendida.

 

—Lo veo en tus ojos —respondió el viejo con una leve sonrisa—. Has caído en el hechizo de las luces parpadeantes. Las redes que cubren el mundo han atrapado tu atención. Si deseas recuperarla, tendrás que enfrentarte a los Algoritmos.

 

Marcela no entendía del todo las palabras del anciano, pero algo en su interior resonaba con la verdad de lo que decía. Desde hacía tiempo, cada vez que abría su teléfono, sentía que era transportada a otro mundo. Las fotos, los comentarios, los likes… todo parecía tener un poder hipnótico sobre ella. Al principio, revisaba una imagen o dos, pero cuando volvía en sí, habían pasado horas. Su tiempo se esfumaba sin que se diera cuenta. Sentía que algo invisible la mantenía enganchada, como si existiera una fuerza oculta dentro de esos pequeños dispositivos que todos llevaban consigo.

 

—¿Quiénes son los Algoritmos? —preguntó Marcela con genuina curiosidad.

 

El anciano la miró como si estuviera a punto de revelar un secreto muy antiguo.

 

—Los Algoritmos son guardianes invisibles que habitan en las redes sociales. No los puedes ver, pero ellos te observan todo el tiempo. Analizan cada movimiento que haces, cada clic que das, cada pausa sobre una imagen o un texto. Usan ese conocimiento para mostrarte solo aquello que te mantendrá más tiempo en su mundo, atrapada en una burbuja. Te recompensan con pequeños destellos de satisfacción: un like, un comentario, una notificación. Y así, te encierran en un ciclo interminable de gratificaciones que dispersa y fragmenta tu atención.

 

Las palabras del anciano hicieron que Marcela recordara todas las veces que había prometido dejar el teléfono por un rato. A menudo se decía a sí misma que sólo lo revisaría unos minutos, pero esos minutos siempre se convertían en horas. Recordaba cuando las redes sociales eran simplemente un lugar para conectar con amigos y familiares, un espacio para compartir experiencias. Pero ahora, cada vez que abría una de esas aplicaciones, sentía que perdía el control. Todo parecía estar diseñado para mantenerla atrapada.

 

Marcela contra los Algoritmos

—Quiero recuperar mi atención —dijo Marcela, decidida.

 

El anciano asintió lentamente, como si esperara esa respuesta desde hacía mucho tiempo.

 

—No será fácil —advirtió—. Los Algoritmos han aprendido de ti. Te has acostumbrado a recibir recompensas inmediatas. Pero la verdadera atención es como una semilla: crece lentamente, con paciencia y tiempo. Tendrás que aprender a ignorar las distracciones, a concentrarte en lo que realmente importa. Solo así podrás enfrentar a los Algoritmos y salir victoriosa.

 

Marcela salió de la tienda con una nueva misión en mente. El anciano, que ahora sabía que se llamaba Arzate, no le había dado un manual de instrucciones ni una fórmula mágica, pero le había ofrecido algo mucho más valioso: la verdad. La atención, ese recurso tan preciado que sentía haber perdido, era algo que podía recuperar si estaba dispuesta a trabajar en ello. Pero, ¿cómo enfrentarse a los Algoritmos? ¿Cómo luchar contra ese poder invisible que parecía tener control sobre ella y sobre tantos otros?

 

A partir de ese día, Marcela comenzó a prestar más atención a sus hábitos. Se dio cuenta de que cada vez que se sentía inquieta o aburrida, su primer impulso era abrir una aplicación en su teléfono. Y cada vez que lo hacía, los Algoritmos estaban allí, esperándola. Mostraban cuidadosamente el contenido que sabían que la mantendría enganchada: una serie de imágenes interesantes, un video corto lleno de humor, o un artículo que coincidía exactamente con sus intereses. Y con cada clic, con cada interacción, los algoritmos aprendían más sobre ella.

Marcela contra los Algoritmos

El ciclo de las recompensas

 

Marcela comenzó a investigar más sobre cómo funcionaban los Algoritmos. Descubrió que estaban diseñados para analizar cada pequeño comportamiento de los usuarios en las plataformas: cuánto tiempo pasaban mirando una imagen, qué tipo de publicaciones comentaban, qué contenidos “likearon” o compartieron. Con esta información, los Algoritmos personalizan la experiencia de cada persona, mostrándoles sólo el contenido que tiene más probabilidades de interesarles.

 

Sin embargo, había una trampa en todo esto. A medida que los Algoritmos personalizaban el contenido, también creaban lo que Arzate había llamado “burbujas de filtro”. Marcela notó que, con el tiempo, sólo veía publicaciones que reforzaban sus puntos de vista y sus gustos. Ya no había espacio para la sorpresa ni la contradicción. Las burbujas de filtro la mantenían atrapada en un entorno digital que sólo confirmaba sus creencias, limitando su visión del mundo.

 

Además, se dio cuenta de cómo los algoritmos fomentaban la repetición de estímulos. Cada vez que recibía un like o un comentario, experimentaba una pequeña oleada de satisfacción. Esto la impulsaba a seguir compartiendo y comentando, buscando constantemente esas pequeñas gratificaciones que le ofrecían las redes sociales. Lo que no sabía en ese momento era que esos pequeños momentos de satisfacción estaban relacionados con la liberación de dopamina en su cerebro, una sustancia química que genera placer. Los Algoritmos habían aprendido a manipular su cerebro, creando un ciclo de recompensas que la mantenía atrapada.

 

Comprendió que recuperar su atención sería un proceso largo y complicado. No bastaba con apagar el teléfono o desinstalar una aplicación. Los Algoritmos ya habían moldeado su comportamiento y su cerebro, entrenándola para buscar recompensas inmediatas, lo que había fragmentado su atención en el proceso.

 

Pero no estaba dispuesta a rendirse. Poco a poco, Marcela empezó a implementar cambios. Primero, estableció límites de tiempo para el uso de su teléfono. Luego, comenzó a practicar la meditación para entrenar su capacidad de atención. A medida que avanzaba, se dio cuenta de que la verdadera atención requería tiempo y esfuerzo. Volver a concentrarse en sus libros, en sus conversaciones y en su entorno fue un reto, pero cada día se sentía más presente.

 

Con el tiempo, supo que los Algoritmos seguían allí, siempre al acecho, pero ahora sabía cómo enfrentarlos. No necesitaba eliminar por completo el uso de las redes sociales, sino aprender a interactuar con ellas de manera consciente. Sabía que los Algoritmos estaban diseñados para retener su atención, pero había recuperado algo mucho más importante: el control sobre cómo y dónde decidía enfocar su mente.

 

 

Marcela contra los Algoritmos

Las imágenes fueron generados con Leonardo AI.

Vórtice, enero-mayo 2021 es una publicación trimestral digital editada por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), a través de la Dirección de Publicaciones y Divulgación, Edificio 59 (Facultad de Artes), Campus Norte. Av. Universidad 1001, Col. Chamilpa, CP 62209, Cuernavaca, Morelos, México. Teléfono +52 777 329 7000, ext. 3815. Correo: revistavortice@uaem.mx. Editora responsable: Jade Gutiérrez Hardt. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2014-070112203700-203, ISSN 2395-8871, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor.


Responsable de la última actualización de este número: Roberto Abad, Av. Universidad 1001, Col. Chamilpa, CP 62209.


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