Los michis no tienen la culpa

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Los michis no tienen la culpa

La Tierra

Los michis no tienen la culpa

13/06/2023

Una noche salí al patio de la casa a buscar un par de zapatos que dejé en mi coche. Abrí una de las puertas laterales. Mientras buscaba, sentí un rasguño en mi tobillo. Lo ignoré por completo, pues yo sabía que por las noches llegaban algunos animales a buscar un poco de comida de la basura. De pronto, escuché un maullido; debajo del asiento estaba un gatito. Lo vi e impulsivamente dije: “¡matanga!”. Lo tomé y lo metí a la casa. Resultó ser una hembra, como de unos ocho meses de edad, de un color atigradito, que me enamoró con sus ojitos verdes. Le puse por nombre “Ivy Queen” (sí, como la reguetonera; no me juzguen, amo este género musical). Como buena millenial que soy, publiqué una foto en mi Facebook y hubo muchas reacciones bonitas, pero, entre todo eso, una tía me puso el siguiente comentario: “¡ten cuidado, hija, esos animales tienen unos virus que le hacen mucho daño a las mujeres, no vas a poder tener hijos!”.

 

Una sensación de enojo se apoderó de mi ser, pero me dije a mí misma: “mí misma, cálmate”. Para desgracia de mi tía, conocía ese tema, así que me puse a teclear el comentario mas apasionado, describiendo de qué se trata esa enfermedad y cómo se contagia. En el fondo buscaba cambiar esa idea equivocada que se tiene de los gatitos. Al final, esto sirvió para nada, ya que ni siquiera un like tuve en el comentario. En fin, hice lo que pude.

Los michis no tienen la culpa

Historias de terror

 

“Soy estéril porque cuando era joven dormía con un gato”, “las mujeres embarazadas no pueden estar cerca de un minino”, “sólo los michis transmiten esa enfermedad”, “si toco un gato me puedo quedar ciego”, “todos los gatos están infectados de ese virus”… Y así podría pasar toda la tarde citando las calumnias. ¿Te suenan?

 

No voy a negar que me molesta un poco que la gente siga creyendo en estos rumores. Primero que nada, la enfermedad de la que estamos hablando se llama Toxoplasmosis, y hay que aclarar que no es un virus, sino un parásito llamado Toxoplasma gondii. Este bicho forma parte de un grupo de microorganismos llamados protozoarios, son seres microscópicos y algo que los caracteriza es que son unicelulares (de una única célula). Los podemos encontrar en cualquier lugar del mundo y algunas veces pueden causar enfermedades en muchos animales, incluyéndonos.

 

Ésta es una enfermedad zoonótica, es decir que se transmite de los animales a las personas. Para poder vivir, el parásito necesita infectar las células de otros seres vivos, como los gatos, algunas aves y el ser humano. No existen cifras exactas, pero se estima que un tercio de la población mundial está infectada [1]. El parásito se distribuye en todo el mundo, pero en los lugares donde el clima es caluroso y húmedo y que están más cerca del nivel del mar, es más probable que sobreviva [2]. No se conoce con exactitud cuánto tiempo se queda en los gatos, puede variar mucho de país a país, incluso de región a región dentro de un mismo lugar. De igual manera, la forma de vida del animal influye en el comportamiento de la enfermedad que causan estos microorganismos. Por ejemplo, en los gatos ferales o que tienen acceso a la calle existe una mayor proporción de parásitos que en gatos domésticos. Esto se relaciona con la forma en que consiguen el alimento; generalmente, para comer cazan a sus presas y éstas (pequeños animales como ratones y aves) podrían estar infectadas y así llegan al sistema digestivo de los michis [3].

Los michis no tienen la culpa

A pesar de que nosotros no tenemos que cazar nuestros alimentos, por medio de ellos es mas común que nos infectemos. Alimentos contaminados con ooquistes, por ejemplo, frutas y verduras sin lavar o carne cruda o mal cocinada. Es importante saber que los ooquistes son estructuras que ayudan a los parásitos a sobrevivir en el medio ambiente en lo que llegan a su destino final (el gato). Para hacerlo más simple, podemos decir que estos son como una semilla, cuando ingresan al cuerpo comienzan a crecer y algunas veces ocasionan daños en la salud. El agua y los malos hábitos de higiene, como no lavarse las manos antes de comer ni después de tener contacto con la caca de tu gato, pueden ser una fuente de infección. Las mujeres embarazadas y que están infectadas pueden contagiar al feto durante la gestación [1] y también existe la posibilidad de que esto pase por medio de una transfusión sanguínea o trasplante de órganos [4].

 

Los gatos negros no dan mala suerte

 

Después de bautizar a mi gathija y hacerle una evaluación general para ver su estado de salud, proseguí con el protocolo de medicina preventiva para que pudiera estar sana y evitar situaciones que también me pudieran enfermar. Conseguí todo lo necesario para desparasitarla. El problema con los felinos es que son el hospedero definitivo (que es el animal en el que el bicho se convertirá en adulto y podrá reproducirse, podríamos llamarlo como una casa permanente, donde vivirá muy cómodamente), es decir, que el parásito necesita de este mamífero para llevar a cabo una fase sexual y completar su ciclo de vida. Como mencioné, los gatos se infectan principalmente cuando se comen a otros animales que ya se han parasitado. Al haber recogido a Ivy de la calle me preocupaba que hubiera consumido de estos animales de dudosa procedencia que tienen en sus tejidos los ooquistes. ¡Imagínense qué es lo que hubiera pasado! Al llegar al estómago la comida y al intestino de mi bebé, los jugos gástricos hubieran liberado al malvado bicho y así se hubiera quedado ahí enfermando a la nena, o peor, a mí. Creo que soné muy dramática, pero es importante que sepan que una vez en las tripas, comienza un proceso de maduración para posteriormente reproducirse. Mientras esto ocurre, son eliminados por las heces de nuestro gatito. En este punto, los ooquistes desechados no tienen la capacidad de infectar a nadie [5]. Para que esto pase, es necesario que la popó se quede en el medio ambiente de 1 a 5 días para que se maduren y lleguen a otros animales que les brinden mejores condiciones para sobrevivir. El ciclo es completado en los siguientes 3-10 días a partir de que nuestra mascota comió del tejido contaminado [5].

 

A pesar de que los gatos son los hospederos definitivos de este parásito, la dispersión de ooquistes en heces no es común: se estima que sólo 1 de cada 250 gatos eliminan los ooquistes al medio ambiente. Es importante decir que el contacto con los gatos no aumenta la probabilidad de que las personas desarrollen anticuerpos contra el parásito [5].

 

En otros animales y en el ser humano sucede algo muy parecido, pero a estos se les conoce como hospederos intermediarios y a diferencia de los michis, es que en ellos solo hacen como una parada temporal para poder alimentarse o crecer, pero en estos no se puede completar el ciclo de vida. Dichos animales se infectan cuando comen el alimento contaminado, el parásito se libera en el intestino delgado y penetra las células de este. Luego se comienza a dividir, en este caso de forma asexual para así poder infectar células nuevas. Se siguen multiplicando durante un tiempo y pueden alojarse en diferentes tejidos como en el sistema nervioso, músculos y otros órganos. Esta situación puede pasar desapercibida toda la vida y activarse cuando exista alguna situación que comprometa el sistema inmunitario de la persona o animal en la que habita el parásito [5].

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Ya lo ves, la vida es así, tú te vas y yo me enfermo aquí

 

La mayoría de las personas no tienen síntomas durante la infección o no se dan cuenta porque los signos y síntomas son muy parecidos a los de una gripe, esto hace que le restemos importancia. Puede presentarse inflamación y dolor en nódulos linfáticos, fiebre, debilidad, dolor de cabeza, fatiga, faringitis y dolor muscular. En la mayoría de los pacientes se resuelve sin necesidad de un tratamiento, pero hay estudios que relacionan a este parásito con otros problemas como la demencia, esquizofrenia, adicciones, así como manifestaciones oculares como uveítis [6].

 

En personas con sistemas inmunes débiles puede haber signos como encefalitis, fiebre, confusión, pérdida de la coordinación, dolor de cabeza y convulsiones [6].

 

Hasta este punto, ya hemos hablado de lo que puede pasarnos si nos infectamos, pero la calumnia que más he escuchado es la que habla de que puede dejar estéril o causar abortos. Los gatos no son directamente responsables de causar abortos en mujeres embarazadas, sin embargo, el parásito, sí. La toxoplasmosis puede tener graves consecuencias en mujeres embarazadas, como abortos espontáneos, muerte fetal y problemas de salud en el bebé, como retraso mental o físico, hidrocefalia, ceguera y sordera [7]. Estas complicaciones no son muy comunes, y la gravedad de la enfermedad está relacionada principalmente con la etapa del embarazo. Existe un mayor riesgo de infección durante el tercer trimestre, aunque las consecuencias pueden ser más graves durante el primer y segundo trimestre [7]. A pesar de esto, la mayoría de las mujeres embarazadas no presentan síntomas. En los casos en que los síntomas aparecen, pueden incluir inflamación de los ganglios linfáticos, fatiga, fiebre y síntomas similares a los de un resfriado.

 

Es importante que las embarazadas tomen precauciones para evitar infectarse (medidas de las cuales hablaré más adelante) y, si esto llegara a pasar, es crucial que reciba un tratamiento adecuado bajo la supervisión de su médico para reducir los riesgos para ella y su bebé. Recuerda que la mayoría de los gatos domésticos no están infectados con este parásito, especialmente si se mantienen en interiores y se alimentan de alimentos comerciales.
En los animales, se presenta en cualquier raza o edad y se comporta muy similar a los humanos, generalmente existe alguna enfermedad que debilita el sistema inmune de nuestra mascota (por ejemplo, infecciones causadas por virus como el de Leucemia Viral Felina o Inmunodeficiencia Viral Felina). Los signos más comunes de toxoplasmosis son neumonitis, vómitos, ictericia, parálisis y uveítis, así como diarreas [3].

 

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Los gatos no tienen siete vidas y nosotros tampoco

 

Lo ideal es que acudas con tu médico de cabecera o al centro de salud más cercano. Una vez en supervisión, dependiendo del caso y del criterio del médico, serán las pruebas que se realizarán. Así también, es necesario que lleves a tu mascota al médico veterinario. Este parásito se puede encontrar en fluidos corporales o tejidos. Si el gato está en el momento de expulsión de ooquistes, se puede detectar mediante un examen de heces. Tu médico se encargará de tu tratamiento y el veterinario del de tu gathijo.

 

Puesto que las principales rutas de infección son los alimentos y el contacto oral-fecal, aunque suene mal, comer caca de gato, es importante tener buenas prácticas de higiene. Por ejemplo: buena cocción de la carne o congelación para evitar consumir los quistes. Lavar adecuadamente frutas y verduras, así como consumir agua apta para beber y evitar la leche no pasteurizada. Si tienes un gato como mascota, la limpieza diaria de su arenero es fundamental para evitar que los ooquistes se reproduzcan. Preferentemente que esta caja sea de un material de fácil lavado, como plástico, que el alimento de tu mascota sea comercial, lavarse las manos después de tener contacto con la mascota.

 

Las personas con el sistema inmunitario débil y mujeres embarazadas deben evitar el contacto con el arenero. Los gatos deben estar dentro de casa para evitar que cacen y puedan infectarse con cualquier patógeno. Finalmente, es recomendable visitar al médico veterinario, el cual se encargará de controlar y prevenir enfermedades que tu gato pueda transmitirte [5].

 

Como ven, los gatos no son la única forma en que podemos enfermar de este bicho, ni siquiera es la más común. Es importante cuidarnos y saber que es responsabilidad de todos cortar la cadena de transmisión. Los gatos son animales maravillosos (y muy extraños) que pueden servirnos de compañía, brindarnos cariño y momentos muy divertidos. Seamos dueños responsables y busquemos informarnos con personas que saben del tema: médicos y médicos veterinarios, infectólogos o parasitólogos.

 

En internet podemos encontrar muchas fuentes confiables como revistas educativas, artículos, incluso existen divulgadores de ciencia que explican de forma muy divertida distintos temas en plataformas como TikTok y Youtube. ¡Ojo!, con esto no quiero decir que debemos creer en todo lo que alguien dice sólo porque tiene puesta una bata o dice ser doctor. Siempre es importante buscar por cuenta propia más fuentes de información para así evitar creer en todo lo que nos dicen nuestras tías, amigos o vecinos, mucho menos creer en las cadenas de Whatsapp que dklnefberfkñmedñwdlpoefjn… Lo siento, mi gata Ivy caminó sobre el teclado de mi computadora. En resumen, hay que investigar y ser muy curiosos, como los gatos.

Foto de mi gatita Ivy Queen.
Foto de mi gatita Ivy Queen.
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Referencias


[1] Hlaváčová, J., Flegr, J., Řežábek, K., Calda, P., & Kaňková, Š. (2021). Association between latent toxoplasmosis and fertility parameters of men. Andrology, 9(3), 854–862. https://doi.org/10.1111/andr.12969
[2] Kim, K., & Weiss, L. M. (2004). Toxoplasma gondii: the model apicomplexan. International Journal for Parasitology, 34(3), 423–432. https://doi.org/10.1016/j.ijpara.2003.12.009
[3] Dubey, J. P., Cerqueira-Cézar, C. K., Murata, F. H. A., Kwok, O. C. H., Yang, Y. R., & Su, C. (2020). All about toxoplasmosis in cats: the last decade. Veterinary Parasitology, 283(109145), 109145. https://doi.org/10.1016/j.vetpar.2020.109145
[4] de Barros, R. A. M., Torrecilhas, A. C., Marciano, M. A. M., Mazuz, M. L., Pereira-Chioccola, V. L., & Fux, B. (2022). Toxoplasmosis in human and animals around the world. Diagnosis and perspectives in the one health approach. Acta Tropica, 231(106432), 106432. https://doi.org/10.1016/j.actatropica.2022.106432
[5] Hartmann, K., Addie, D., Belák, S., Boucraut-Baralon, C., Egberink, H., Frymus, T., Gruffydd-Jones, T., Hosie, M. J., Lloret, A., Lutz, H., Marsilio, F., Möstl, K., Pennisi, M. G., Radford, A. D., Thiry, E., Truyen, U., & Horzinek, M. C. (2013). Toxoplasma gondii infection in cats: ABCD guidelines on prevention and management. Journal of Feline Medicine and Surgery, 15(7), 631–637. https://doi.org/10.1177/1098612X13489228
[6] Heavey, E. (2018). Toxoplasmosis update. Nursing, 48(7), 62–64. https://doi.org/10.1097/01.NURSE.0000534106.04143.54
[7] Kheirandish, F., Ezatpour, B., Fallahi, S. H., Tarahi, M. J., Hosseini, P., Karimi Rouzbahani, A., Seyyed Tabaei, S. J., & Akbari, S. (2019). Toxoplasma serology status and risk of miscarriage, A case-control study among women with A history of spontaneous abortion. International Journal of Fertility & Sterility, 13(3), 184–189. https://doi.org/10.22074/ijfs.2019.5740
[8] NIH. (2022). Toxoplasma gondii encephalitis. Hiv.gov. https://clinicalinfo.hiv.gov/en/guidelines/hiv-clinical-guidelines-adult-and-adolescent-opportunistic-infections/toxoplasma-gondii?view=full
Recursos digitales
https://www.youtube.com/watch?v=DvZWLlrxPdw&t=7s


Para saber más

https://www.nationalgeographic.es/ciencia/toxoplasmosis-nuevos-descubrimientos
https://www.inecol.mx/inecol/index.php/es/ct-menu-item-25/ct-menu-item-27/17-ciencia-hoy/1906-toxoplasma-gondii-un-parasito-que-hace-zombis

 

Diseño de esquema: Pilar Janet López Zárate

 

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Responsable de la última actualización de este número: Roberto Abad, Av. Universidad 1001, Col. Chamilpa, CP 62209.


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