Por Emmanuel Espín Pineda
En Tehuixtla la muerte no acaba con la muerte física. El olor de la flor de cempasúchil y el pan de muerto guían a las ánimas a las ofrendas, se trata de una pausa placentera en la que abandonan el purgatorio y se sientan a beber el aguardiente o el tequila en una silla y se deleitan con el pan. ¡No prives a tus muertos de una comilona!