Por: Amairani Reyna
Estaba viviendo como por inercia así que no presté mucha atención cuando llegaste a mi vida. Tú, siempre tan silencioso, tan callado, tan introvertido, apenas y noté tu presencia; para ser honestos sólo notaba el aroma tan delicado que emanabas a aflicción y tristeza. Ahora lo recuerdo, sólo lo recuerdo, porque no puedo oler nada más.