Por Michelle Denise Olvera Hernández
Si la memoria no me falla, yo tenía 10 años cuando conocí por primera vez al interesante amigo de mi abuelo. Era un muchacho simpático y amable y parecía que ambos se apreciaban mucho. Aunque esto no es la parte más relevante de la historia, sino la extraña manera en que se comunicaban. En ese entonces no entendía que podía existir un mundo más allá de las palabras o, específicamente, más allá del lenguaje hablado. Si ustedes