Por Ana Gabriela Trujillo-Diaz
Entre abril y mayo de 2020, ante la amenaza de la Covid-19, autoridades de 17 comunidades en la microrregión de la Sierra ubicada al interior de la Reserva de la Biosfera La Sepultura, en el municipio de Villaflores, Chiapas, acordaron junto con sus pobladores, restringir el acceso de personas ajenas. Durante un mes, dos personas de cada comunidad fueron comisionadas para hacer guardia en la entrada de la Sierra, conocida localmente como “El Panal”. 34 personas, turnadas diariamente, estuvieron cuidando día y noche para evitar la entrada de visitantes. Durante este periodo, las mujeres tuvieron un papel protagónico, pues cada una de ellas se encargaba de enviar desayuno, comida, cena y cambio de ropa a sus esposos, mientras éstos permanecían en guardia.